¿Es la inflamación buena o mala? (SQ-15)
La inflamación parece ser la palabra de moda entre las personas a las que les importa su salud. Cada enfermedad y trastorno está directa o indirectamente relacionado con la inflamación. ¿Pero realmente es algo malo tener una inflamación? Hay que tener en cuenta que la inflamación es realmente una parte fundamental del mecanismo natural por el que nuestro cuerpo se cura y ninguna infección o herida puede curarse sin la inflamación. Todos estamos familiarizados de alguna forma con la inflamación, por ejemplo, ¿alguna vez te has cortado un dedo o te ha dolido la garganta? Allí esta. Todo el dolor, la hinchazón y la sensación de calor se deben a que tienes una inflamación.
La inflamación ocurre cuando nuestro sistema inmune responde a un estímulo externo (virus o bacteria) o interno (formación maligna, estrés oxidativo, etc.). Hay dos tipos de inflamación: aguda y crónica. [1]
Inflamación aguda
Cuando nuestro cuerpo se está enfrentando a un ataque microbiano o a un trauma físico como una quemadura, cirugía o lesión, nuestro sistema inmunitario envía señales a potentes químicos y proteínas para que vayan al lugar de la herida o infección, causando los síntomas de la inflamación como dolor, hinchazón y enrojecimiento. Este tipo de respuesta es conocida como inflamación aguda y es el tipo de respuesta que protege, repara y cura el cuerpo inmediatamente después de una herida o infección. Una cortada o un rasguño, un tobillo torcido, un ardor en la garganta, una amigdalitis y apendicitis: todos son ejemplos de condiciones que pueden desencadenar la cadena de eventos de nuestro sistema inmunitario que lleva a la inflamación aguda.
Eventos importantes en la fase de respuesta inflamatoria aguda
- Los vasos sanguíneos se dilatan para que haya un mayor flujo sanguíneo en la zona de la inflamación.
- Los capilares se hacen más permeables, permitiendo que la migración de células blancas, fluido, proteínas, hormonas y nutrientes, pueda moverse en los espacios entre las células.
- Las células blancas, especialmente neutrófilos y macrófagos, son los primeros en responder para llegar a los lugares de infección y lesiones. Estas células inmunitarias no solamente destruyen e ingieren a los gérmenes invasores sino que también consumen los restos celulares resultantes del tejido muerto y dañado.
- Las células específicas en el sistema inmunitario secretan citoquinas, un gran grupo de proteínas que actúan como mensajeros químicos y en la respuesta inmunitaria y de inflamación. Hay diferentes tipos de citoquinas: quimiocinas, interferones, interleucinas, linfocinas y factor de necrosis tumoral; y todas llevan a cabo una increíble variedad de funciones que no son relevantes en este artículo. Sin embargo, simplificar diciendo que estas moléculas envían señales que activan otras células inmunitarias y dirigen a los macrófagos, células NK, hormonas y otras proteínas al sitio de la lesión, sería quedarnos cortos porque esto es solo la punta del iceberg. Las citoquinas funcionan en diferentes formas para regular la acción moduladora de la respuesta inmune al reducir la capacidad replicadora del patógeno, promoviendo la síntesis de ciertas moléculas con propiedades antivirales y se cree que activan varios genes que expresan proteínas antivirales, ayudando a proteger a las células adyacentes no afectadas y previniendo la infección que se extiende.
- Con la aparición de la inflamación aguda, se pueden observar varios resultados como reparación y curación del tejido, formación de pus y por supuesto, la temida inflamación crónica.
Todos estos eventos que suceden durante la fase inflamatoria aguda se manifiestan en la forma de hinchazón, enrojecimiento, sensación de calor, dolor y en algunos casos inmovilidad. Estos efectos secundarios son a largo plazo y son señales de que nuestro cuerpo está en modo de lucha. En este momento, es importante tener en cuenta que las células de nuestro sistema inmunitario se comunican y colaboran de una forma mucho más compleja que esta. Desde hace relativamente poco los científicos han empezado a comprender completamente los complejos mecanismos subyacentes y el papel de las diferentes células inmunitarias de diversos orígenes que se ven implicadas en un ciclo inflamatorio. Por ejemplo, las citoquinas pueden ser antiinflamatorias y proinflamatorias, complejizando sus funciones y efectos bajo diferentes condiciones.
Inflamación crónica
La cascada de eventos bioquímicos durante la inflamación aguda hace que el lugar de la lesión esté listo para repararse, renovarse y curarse. Es un proceso increíble y aunque se le asocia con el dolor, la sensación de calor y la hinchazón, es una parte fundamental del mecanismo de curación de nuestro cuerpo. Idealmente, cuando nuestro sistema inmunitario ya no está respondiendo a desencadenantes y la amenaza de una infección ha desaparecido, la respuesta inflamatoria se detiene. El problema empieza cuando esta fase temporal se hace crónica. ¿Cómo sucede esto?
Algunas veces, el cuerpo no es capaz de eliminar completamente el agente inflamatorio o en otros casos, episodios recurrentes de inflamación aguda pueden llevar a que nuestro sistema inmunitario dé respuestas anormales, resultando en inflamación crónica. Nuestro estilo de vida moderno también añade muchos desencadenantes que pueden desequilibrar nuestro sistema inmune.
¿Qué hace que nuestro sistema inmunitario se salga de control?
- Dieta poco sana llena de azúcar, comidas procesadas y grasas saturadas y con pocas comidas integrales.
- Poca actividad física y ejercicio
- Estrés y patrones de sueño inadecuados
- Infecciones microbianas crónicas y persistentes causadas por virus, bacterias, hongos, levaduras o parásitos
- Alérgenos persistentes, químicos y toxinas provenientes de los alimentos y el ambiente, por ejemplo, pesticidas, contaminación, polvo de sílice, exposición a metales
- Respuesta inapropiada de nuestro sistema inmunitario, por ejemplo, enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide
- Fumar
- Consumo excesivo de alcohol
Riesgos de la inflamación crónica
¿Qué pasa cuando nuestro cuerpo se ve amenazado por estos estresores de forma cotidiana? Naturalmente, nuestro sistema inmunitario salta a la acción pero esta vez se queda en alerta, enviando continuamente células inmunitarias a combatir estas amenazas. Como resultado, hay un flujo constante de más células inmunitarias, hormonas y otras proteínas, particularmente en el lugar de la inflamación, haciendo que el cuerpo reaccione una y otra vez con una respuesta inflamatoria que no acaba. En resumen, cuando estamos expuestos continuamente a ciertos desencadenantes, el arsenal bioquímico de nuestro cuerpo también adopta un modo activo y agresivo que lleva a la inflamación crónica.
Algunas veces, nuestro cuerpo produce la respuesta inflamatoria ante una supuesta amenaza que realmente no necesita de tal respuesta. Como cabría esperar, el evento hace que las células blancas lleguen rápidamente al lugar pero en la ausencia de una amenaza real finalmente empiezan a atacar y dañar los tejidos del propio cuerpo. En lugar de ser los valientes guerreros diseñados para protegernos, estas células blancas han perdido el camino y ahora causan enfermedades autoinmunes como alergias, lupus y artritis reumatoide.
Así que el problema no está es cómo nuestro cuerpo responde a una herida, infección o trauma inmediato sino cómo la inflamación fuera de control a largo plazo destruye lentamente las frágiles estructuras celulares como las proteínas, el ADN y las células adiposas. Se considera que la inflamación crónica, también conocida como inflamación sistémica o de grado bajo, está en la raíz de muchas enfermedades y condiciones como el asma, artritis, enfermedades autoinmunes, problemas oculares, cáncer, diabetes y posiblemente enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. [2]
Conclusión: ¿Entonces la inflamación es buena o mala?
Nos gustaría volver a hacer énfasis en que la inflamación juega un papel más complejo y misterioso en nuestro cuerpo, cierta parte buena, cierta mala y otra parte muy mala. Hay mucha información que todavía requiere seguir siendo explorada y comprendida. La inflamación es un fenómeno altamente complejo que implica cambios intrínsecos en el funcionamiento usual de muchos órganos que alteran sus operaciones biosintéticas, metabólicas y catabólicas siempre que el cuerpo reacciona a cualquier tipo de estrés y lanza una respuesta inflamatoria.
Nuestro cuerpo es un conjunto de redes interrelacionadas que trabajan en grupo y es una máquina evolucionada y compleja. Bajo esta perspectiva sería muy simple (y posiblemente peligroso) entender el proceso de la inflamación de una forma tan simplista. No siempre es correcto y ni siquiera útil categorizar y percibir la inflamación crónica como solamente mala. Los investigadores creen que en ambas situaciones el cuerpo está de tu lado, intentando protegerte de una amenaza y creando síntomas que vemos y sentimos como inflamación. La idea es captar lo que tu cuerpo intenta decirte a través de su inteligente red y no simplemente aliviar los síntomas.
Referencias:
Descargo de responsabilidad
La información en nuestros sitios web, en nuestros blogs y en nuestros correos electrónicos se proporciona únicamente con fines informativos y no ha sido evaluada por la EMA, EFSA o FDA. No pretende sustituir el consejo médico proporcionado por su profesional de la salud y no pretende diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. Nuestros productos están destinados a adultos mayores de 18 años. Si bien se ha demostrado que las vitaminas y los suplementos mencionados aquí tienen diversos beneficios para la salud, es importante recordar que los suplementos y los cambios en la dieta deben considerarse como parte de un plan de salud general y no como un sustituto del tratamiento médico profesional. Solo un profesional de la salud calificado puede brindarle consejos personalizados y planes de tratamiento basados en sus necesidades de salud individuales e historial médico, y debe buscar consejo de su profesional de la salud antes de tomar productos si está embarazada o amamantando.