Los efectos de la vitamina C en el daño inducido por radiación (SQ-60)
El desastre nuclear de Fukushima que sacudió a Japón en 2011 ha generado miedo y preocupación a nivel mundial. Todavía tenemos noticias de que la radiación sigue contaminando el ambiente y que incluso está llegando a costas estadounidenses y a los océanos de todo el mundo, así que parece que la crisis está lejos de terminar.
Las radiaciones ionizantes se estrellan contra las células vivas y les quitan sus electrones, lo que las deja altamente inestables y lleva a la formación de radicales libres excesivos. Estas moléculas dañan el ADN, las proteínas y los lípidos, lo que aumenta el riesgo de cáncer, mutaciones genéticas, defectos del nacimiento, enfermedad cardiovascular y funciones inmunes alteradas.
Sin embargo, estas preocupaciones de salud no se limitan a la lluvia radioactiva en accidentes, como pasó en los desastres nucleares de Chernóbil y Fukushima. La evidencia emergente sugiere que las dosis bajas de radiaciones ionizantes, emitidas durante los rayos X, TAC, controles en los aeropuertos y al viajar por avión, pueden incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades cancerosas y no cancerosas a largo plazo. Los datos más convincentes para este daño, son sobre enfermedades cardiovasculares [1] [2] y cataratas [3].
¿La vitamina C puede ofrecer protección?
La vitamina C funciona como un radioprotector
La vitamina C es un potente antioxidante, una sustancia que mantiene a raya los radicales libres.
Un estudio japonés del Dr. Atsuo Yanagisawa, mostró que la vitamina C era útil para proteger a los trabajadores de Fukushima del daño al ADN inducido por radiación y para reducir el riesgo general de cáncer. Los investigadores concluyeron que «Los trabajadores con exposición severa a la radiación en la planta nuclear Fukushima tuvieron una gran reducción en su riesgo de cáncer cuando se les suplementó con vitamina C y otros nutrientes antioxidantes» [4].
Esto confirma lo que ya sabíamos de otro estudio que mostró que la vitamina C protege contra las exposiciones accidentales o las recibidas durante escaneos médicos, especialmente cuando «se incorporan radionucleidos en el cuerpo y llevan la dosis de forma crónica» [5].
Los radionucleidos perjudiciales imitan de una forma astuta a otros nutrientes. Por ejemplo, el cesio-137 imita al potasio y se acumula en el corazón, que necesita potasio para realizar sus contracciones musculares sanas. El estroncio-90 imita al calcio y se deposita en los huesos y dientes. El yodo-131 imita al yodo y se concentra en las glándulas tiroideas que necesitan el yodo para funcionar adecuadamente.
Estos disfraces les dan acceso fácil a los huesos, las glándulas tiroideas y varios órganos como el hígado, el corazón y el cerebro. Una vez dentro, siguen emitiendo radiaciones de forma crónica a lo largo del tiempo, y dañan tejidos y órganos. Los expertos están de acuerdo con que este tipo de exposición interna conlleva un riesgo mucho mayor que la exposición externa.
La vitamina C también ayuda a mejorar el sistema inmunitario de tu cuerpo. Varias células del sistema inmunitario, incluidas los linfocitos T y los fagocitos, requieren vitamina C para hacer sus trabajos. Los linfocitos T se usan en el cuerpo para combatir y acabar con las células infectadas y cancerosas, y estas células son particularmente vulnerables [6] [7].
Las radiaciones desarman el motor inmunitario del cuerpo al atacar la médula ósea. La producción de médula ósea es una de las tareas más importantes que realiza el cuerpo. Contiene células madre que siempre están dividiéndose rápidamente para producir glóbulos blancos y rojos, y plaquetas. Los glóbulos blancos maduran en todo tipos de formidables células inmunitarias como macrófagos, células dendríticas, linfocitos B, linfocitos T y natural killers.
Es un hecho conocido que las radiaciones afectan más a las células que se dividen rápidamente. Es por eso que la médula ósea se ve especialmente afectada cuando hay exposición a radiaciones ionizantes, lo que lleva a un agotamiento de glóbulos blancos (junto con las plaquetas y los glóbulos rojos). De hecho, la mayoría de las enfermedades por radiación son consecuencias del daño a la médula ósea: el sangrado en las encías, nariz y recto ocurren debido a bajos niveles de plaquetas, hay un riesgo incrementado de infecciones gracias a los niveles reducidos de glóbulos blancos, y sufrirás de debilidad general y anemia como resultado del agotamiento de glóbulos rojos.
El trasplante de médula ósea funciona como una estrategia para prevenir la aplasia medular en pacientes expuestos a una dosis letal de radiación. Sin embargo, esto usualmente se acompaña de síndrome gastrointestinal inducido por radiación. Un estudio de 2010 con ratones mostró que el pretratamiento con ácido ascórbico suprimió un incremento en metabolitos de radicales libres y daño al ADN. La vitamina C dona el hidrógeno a los radicales libres inducidos por radiación en la médula ósea así como en el tracto gastrointestinal. Este paso ayuda en la reparación química del ADN dañado [8].
Por lo tanto, lo más importante es que los estudios muestran que la vitamina C reduce la severidad de efectos secundarios de la quimioterapia y radioterapia, lo que mejora la calidad de vida de los pacientes de cáncer.
¿Estás preocupado por alguna exposición potencial a radiación? Parece que una estrategia adecuada podría ser mantener concentraciones altas de vitamina C en tus tejidos, especialmente alrededor del momento de la exposición.
Referencias:
- Azimzadeh et al. Proteome analysis of irradiated endothelial cells reveals persistent alteration in protein degradation and the RhoGDI and NO signalling pathways. Internation Journal of Radiation Biology. 2017
- Tapio S. 2016. Pathology and biology of radiation-induced cardiac disease. J Radiat Res. 57:439–448.
- Chodick et al. Risk of cataract after exposure to low doses of ionizing radiation: a 20-year prospective cohort study among US radiologic technologists. Am J Epidemiol. 2008
- Yanagisawa A. Orthomolecular approaches against radiation exposure. Presentation Orthomolecular Medicine Today Conference. Toronto 2011 http://www.doctoryourself.com/Radiation_VitC.pptx.pdf )
- Narra VR, Howell RW, Sastry KS, Rao DV. Vitamin C as a radioprotector against iodine-131 in vivo. J Nucl Med 1993; 34(4):637-40
- Heng-Hong Li et al. Ionizing Radiation Impairs T Cell Activation by Affecting Metabolic Reprogramming. Int J Biol Sci. 2015
- SM Candéias et al. Low-dose radiation accelerates aging of the T-cell receptor repertoire in CBA/Ca mice. Cell Mol Life Sci. 2017
- Pretreatment with Ascorbic Acid Prevents Lethal Gastrointestinal Syndrome in Mice Receiving a Massive Amount of Radiation J. Radiat. Res., 51, 145–156 (2010)
- Anitra C. Carr, Margreet C. M. Vissers, and John S. Cook. The Effect of Intravenous Vitamin C on Cancer- and Chemotherapy-Related Fatigue and Quality of Life. Frontiers in Oncology. 2014; 4: 283.
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