La obesidad endémica ha avivado la popularidad de los edulcorantes artificiales. Estos azúcares falsos no tienen calorías y con ellos puedes consumir con toda confianza todas las cosas dulces que quieras sin temor a subir esos kilos extra. Se cree que esta estrategia reduce los niveles de azúcar en sangre, que al combinarse con el control de peso, constituye un enfoque ideal para reducir el riesgo de trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2.