Vitamina C: ¿más eficaz para prevenir el crecimiento del cáncer que los medicamentos? (SQ-75)
La vitamina C es conocida principalmente por su papel en el aumento de la inmunidad y la prevención del escorbuto. Funciona como un antioxidante en el cuerpo Y juega un papel importante en la producción de colágeno, proteína fibrosa que mantiene unido el tejido conectivo presente en músculos, ligamentos, tendones, huesos, vasos sanguíneos, piel y ojos. Estas dos propiedades son responsables de la mayoría de los beneficios para la salud de la vitamina C.
Así es como se cree que la vitamina C apoya la salud de su corazón, mantiene la integridad de sus huesos y mantiene su piel, encías y ojos saludables. Recientemente, la administración intravenosa de altas dosis de vitamina C también está atrayendo mucha atención como una terapia prometedora contra el cáncer. En este contexto, un estudio reciente encontró que la vitamina C es hasta diez veces más efectiva para detener el crecimiento de las células cancerosas que los medicamentos contra el cáncer. [1]
Este estudio proporciona la primera evidencia de este tipo de que la vitamina C se puede usar de manera efectiva para atacar y destruir las células madre cancerosas (CSC), células específicas que se sabe que impulsan la formación de cáncer en el cuerpo.
¿Qué son las células madre cancerosas (CSC)?
Las investigaciones muestran que no todas las células cancerosas son iguales. Algunas se comportan como células madre y tienen la capacidad de autorrenovarse y prosperar. Esta es la razón por la cual ciertas células cancerosas desarrollan resistencia a la quimioterapia y la radioterapia, lo que eventualmente conduce al fracaso del tratamiento en pacientes con cáncer avanzado. La resistencia a los medicamentos en las células cancerosas es uno de los principales obstáculos en la quimioterapia. Además, las CSC también están implicadas en la recurrencia del tumor y el nuevo crecimiento del cáncer en el futuro.
En el estudio, los investigadores analizaron compuestos como la vitamina C, el cardo mariano, el éster fenílico del ácido cafeico (CAPE, un derivado de la abeja melífera) y tres fármacos experimentales (actinonina, FK866 y 2-DG).
El equipo investigó cómo estos compuestos naturales y farmacéuticos afectaban la capacidad natural de las células madre cancerosas para sobrevivir y desarrollarse. La idea era identificar los mecanismos que permiten que las células madre cancerosas se mantengan, con el propósito de interrumpir su metabolismo energético y matarlas de hambre.
El equipo propuso que las células madre cancerosas pueden aumentar el número y la masa de sus mitocondrias para generar más energía. En las células cancerosas, el proceso de producción de energía (ATP) cambia de la fosforilación oxidativa (un proceso a través del cual las células sanas generan su energía en las mitocondrias) a la glucólisis. Esta flexibilidad metabólica permite que estas células cumplan con sus mayores requisitos de energía y continúen prosperando.
Esto hace que la glucólisis sea un objetivo atractivo para el tratamiento del cáncer. El estudio encontró que la vitamina C se comporta como un inhibidor de la glucólisis, lo que detiene la creación de energía en las células cancerosas y las mata de hambre.
Otros compuestos como el 2-DG, la silibinina (cardo mariano) y el estiripentol también mostraron efectos antiglucólisis similares. Pero lo que se destacó fue que la vitamina C es diez veces más efectiva que el medicamento experimental contra el cáncer 2-DG. Aunque el estiripentol fue de 50 a 100 veces más efectivo que el 2-DG, el uso de estiripentol se limita en gran medida al tratamiento de ataques epilépticos en niños y no para el cáncer. Estos resultados predicen un papel prometedor para agentes naturales como la vitamina C en la guerra contra el cáncer.
En otro estudio, el mismo equipo también descubrió que la vitamina C, cuando se combina con el antibiótico doxiciclina, se vuelve aún más eficaz para erradicar las células madre cancerosas. [2]
La doxiciclina puede matar las CSC en múltiples líneas de células cancerosas, pero estas células eventualmente pueden volverse resistentes al fármaco antibiótico. El profesor Michael Lisanti, quien diseñó el estudio, explicó: "Ahora sabemos que una proporción de las células cancerosas escapan a la quimioterapia y desarrollan resistencia a los medicamentos; establecimos esta nueva estrategia para averiguar cómo lo hacen. Sospechamos que la respuesta radica en el hecho de que ciertas células cancerosas, que llamamos metabólicamente flexibles, pueden cambiar su fuente de combustible. Por lo tanto, cuando el tratamiento farmacológico reduce la disponibilidad de un nutriente en particular, las células cancerosas flexibles pueden alimentarse con una fuente de energía alternativa". [3]
El estudio encontró que la combinación de vitamina C y doxiciclina impedía que las células cancerosas cambiaran a una fuente alternativa de energía, lo que las hacía metabólicamente inflexibles. Con su perfil relativamente no tóxico, esta terapia combinada podría reducir significativamente los peligrosos efectos secundarios asociados con los tratamientos convencionales contra el cáncer.
La vitamina C y el cáncer
Un estudio de 2017 publicado en Frontiers in Oncology encontró que una dieta rica en vitamina C y carotenoides seleccionados (por ejemplo, β-caroteno, α-caroteno, β-criptoxantina y licopeno) puede proteger contra el cáncer de pulmón, incluso para personas que fuman mucho . [4] Otro estudio reciente de Japón mostró que la vitamina C puede reducir el riesgo de mortalidad en mujeres con cáncer de mama en un 25 por ciento.
La vitamina C es un poderoso antioxidante y es la razón clave por la que juega un papel tan importante en la prevención del cáncer. Los radicales libres causan daño oxidativo a las estructuras celulares como los lípidos, el ADN, las proteínas y las enzimas, lo que altera la química y la función de estas moléculas biológicas críticas. Esto eventualmente conduce a una inflamación crónica y a varias condiciones de salud, como cáncer, enfermedades cardiovasculares, cataratas, diabetes, etc.
Su cuerpo depende de todo tipo de sistemas antioxidantes; tanto endógenos (que se producen en el interior) como exógenos (suministrados desde el exterior) para prevenir y controlar este daño oxidativo. La vitamina C, por su asombrosa capacidad para neutralizar los radicales libres, es un actor importante en esta lucha contra la oxidación celular.
Un estudio de 2011 encontró que las mujeres que usaron vitamina C poco después de que les diagnosticaran cáncer de mama tenían una mortalidad y un riesgo de recurrencia reducidos. [5] Un metanálisis de 2014 también sugirió que "el uso de suplementos de vitamina C después del diagnóstico puede estar asociado con un menor riesgo de mortalidad" entre las mujeres con cáncer de mama. [6]
De hecho, la vitamina C también es conocida por su capacidad para destruir los radicales libres producidos por la exposición a la radiación ionizante, lo que previene el daño celular y del ADN en las personas expuestas. Un estudio encontró que la vitamina C, junto con otros antioxidantes, redujo el daño al ADN y redujo el riesgo general de desarrollar cáncer en los trabajadores expuestos a radiaciones ionizantes en la planta de energía nuclear de Fukushima en Japón. [7]
Sin embargo, estudios recientes demuestran que podrían no ser solo las propiedades antioxidantes de la vitamina las responsables de sus beneficios anticancerígenos. Puede haber otros mecanismos involucrados. Por ejemplo, los científicos de la Universidad de IOWA demostraron que los altos niveles de vitamina C destruyen selectivamente las células cancerosas, dejando intactas las células sanas al mismo tiempo. [8]
En este caso, los investigadores explicaron que la vitamina C funciona como prooxidante y muestra toxicidad selectiva hacia las células cancerosas. Lo que sucede es que la vitamina C tiende a desintegrarse rápidamente en peróxido de hidrógeno (H2O2), que es un radical libre. Ya sabemos cómo se cree que el aumento de los niveles de especies reactivas de oxígeno (ROS), incluido el H2O2, desempeña un papel importante en el crecimiento y desarrollo del cáncer.
Las células normales y sanas disponen de diversos dispositivos para eliminar de forma rápida y eficaz el H2O2, lo que ayuda a controlar la acumulación excesiva de radicales libres. La enzima catalasa, que se encuentra en grandes cantidades en las células sanas, es uno de esos mecanismos importantes a través del cual las células normales pueden deshacerse del H2O2.
Las células cancerosas no producen suficiente catalasa, lo que limita su capacidad para eliminar grandes cantidades de peróxido de hidrógeno. Cuando las células cancerosas se inundan con altas dosis de vitamina C, conduce a una producción y acumulación abrumadoras de radicales libres de peróxido de hidrógeno en las células cancerosas, que se vuelven fatales.
Los resultados de un estudio de 2018 también sugirieron un papel potencial de la vitamina C en la prevención y el tratamiento del cáncer de mama, mecanismos completos que son distintos de las capacidades antioxidantes de la vitamina C. [9]
La administración intravenosa ayuda al cuerpo a alcanzar mayores cantidades de vitamina C circulante en comparación con el consumo oral. Y aunque necesita pequeñas dosis de vitamina C para prevenir el escorbuto, sin duda necesita altos niveles de vitamina C para matar las células cancerosas. Tomar vitamina C liposomal de alta calidad es otra manera efectiva de elevar sus niveles de vitamina C en la sangre.
Referencias:
- Bonuccelli et al. NADH autofluorescence, a new metabolic biomarker for cancer stem cells: Identification of Vitamin C and CAPE as natural products targeting “stemness”. Oncotarget, 2017
- Francesco et al. Vitamin C and Doxycycline: A synthetic lethal combination therapy targeting metabolic flexibility in cancer stem cells (CSCs). Oncotarget. 2017
- University of Salford. Vitamin C and antibiotics: A new one-two 'punch' for knocking-out cancer stem cells. ScienceDaily. 2017.
- Shareck, et al. Inverse Association between Dietary Intake of Selected Carotenoids and Vitamin C and Risk of Lung Cancer. Frontiers in Oncology. 2017.
- Nechuta et al. Vitamin supplement use during breast cancer treatment and survival: a prospective cohort study. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2011
- Harris et al. Vitamin C and survival among women with breast cancer: a meta-analysis. Eur J Cancer. 2014
- Yanagisawa A. Orthomolecular approaches against radiation exposure. Presentation Orthomolecular Medicine Today Conference. Toronto 2011 http://www.doctoryourself.com/Radiation_VitC.pptx.pdf
- Garry R. Buettner et al. Tumor cells have decreased ability to metabolize H2O2: Implications for pharmacological ascorbate in cancer therapy. Redox Biol. 2016.
- Sant et al. Vitamin C promotes apoptosis in breast cancer cells by increasing TRAIL expression. Sci Rep. 2018
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