El uso de protector solar ha alcanzado un pico significativo en las últimas décadas. Eso no es de extrañar cuando tanto los médicos como los medios de comunicación están gritando a los cuatro vientos que usar un buen protector solar reduce el riesgo de quemaduras solares y cáncer de piel.
El asma es una enfermedad crónica de los pulmones que causa inflamación y constricción en las vías respiratorias. Este trastorno respiratorio, que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, provoca episodios recurrentes de sibilancias, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar.
Si bien los científicos aún no saben qué causa exactamente el autismo, la genética y los factores ambientales (exposición temprana a metales pesados, pesticidas, infecciones y otras toxinas) se citan como algunos de los principales factores de riesgo.
La vitamina D es conocida mayormente porque ayuda al cuerpo a absorber el calcio y contribuye a la salud ósea, pero también tiene otras cosas que ofrecer. A medida que aparecen más estudios que arrojan luz sobre los varios beneficios de salud de la vitamina D, sabemos que la vitamina D tiene un papel increíble en la regulación del sistema inmunitario. Y parte del crédito se debe a la capacidad de la vitamina D de estimular la producción de los antibióticos naturales del cuerpo.
El mes de noviembre marca el inicio del invierno de vitamina D en el hemisferio norte: el periodo en que la luz del sol no es lo suficientemente fuerte para desencadenar la producción de vitamina D en la piel, lo que lleva a tener niveles gravemente bajos de esta vitamina en el cuerpo.
¿Estás tomando vitamina D? ¿Estás tomando magnesio al mismo tiempo? ¿Te preguntas qué conexión hay? Hay una conexión muy fuerte y ahora averiguaremos cuál es.