La radiación está a nuestro alrededor. Proviene de las rocas y el suelo, los alimentos, los viajes aéreos y los dispositivos técnicos, incluidas las computadoras portátiles y los teléfonos celulares, los procedimientos de imágenes médicas (rayos X y tomografías computarizadas) y los hornos de microondas. Y, por supuesto, la exposición accidental de los desastres nucleares, como lo que sucedió en Chernobyl y Fukushima (que parece ser una crisis en curso), es otra fuente de radiación artificial.
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